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Empecé los estudios superiores estudiando Ciencias Empresariales en la Universidad Ramon Llull (2003), pero después de especializarme en finanzas y marketing, pensé que un buen complemento para mi formación era una carrera donde se machacara literalmente el pensamiento: me licencié en Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona (2008) y también me formé en Programación Neurolíngüistica en el Institut Gestalt (2007).

 

Demasiado joven para ser terapeuta y demasiado primerizo para ser filosófo, empecé a estudiar teatro en distintas escuelas de Barcelona, hasta caer en las manos de Manuel Carlos Lillo (2007-2010)

 

A la par escribía, escribía mucho. Me gusta decir que aprendí a escribir poesía en la calle, en la cama cuentos y fuera de las aulas las escenas que más tarde se convertirían en obras de teatro. Aún así debo reconocer que en el obrador de la Sala Becket asistí a cursos de escritura que me ayudaron a comprender la dimensión de los diálogos y las texturas de la narrativa teatral.

 

También me he especializado en tocar el didgeridoo, el clarinete y la trompeta, así como continuar con mis composiciones musicales, pues soy un apasionado de los boleros y de la poesía romántica de Antonio Machado.

 

Dice un dicho popular: “El que mucho abarca poco aprieta”. A mi parecer eso lo dijo alguien que no sabía organizarse. Mis referentes son Grouxo Marx y Woody Allen, Chet Baker y Miles Davis.

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Adrià Font